Sírvanse su banquete
de egoísmo y enajenación
que yo aquí sentada
sin hambre al menos
del estómago devorador
observo y me resguardo
en una calidéz festiva
del alma y la razón
viendo cómo el festín
se va desarrollando entre
gritos y risas grotescas
entre manos apretadas
y patadas bajo la mesa.
Brindando con la debilidad
del "otro" y de paso del "yo"
un mismo individuo extraño
y conocido
entre cuchillos y sabores
que aparecen ya similares
y de la vida misma ...
consternación simulada
en la carne desgarrada
por afilados colmillos
que acercan a la digestión
compleja y común
del inframundo reencarnado
en cada sorbo
cada trago
deshaciendo
de a poco esa "realidad"
abismante
que solo desean tragrar
y defecar
y escupir sus esperanzas
que en sueños se esfuman
sin sueños en "verdad".
¡Vamos, levanten ya!
sus copas chorreantes
de bilis, sudor, sangre
temor e inconsecuencia,
por qué no
horror, insensibilidad y dolor.
Limpien esos platos vacíos
que vuelven a ser llenados
con una regurjitación constante
de un malestar
ante todo lo que ingresa
en sus sistemas
ajeno al brindis
que festivo es día a día.
Cuchillos bajo la mesa
el brindis se escapa entre llagas
que llenan sus piernas
aun fuertes que corren
sin avanzar
entre rastros de un mundo
que desea que siga siendo igual.
¿Por qué?
se va, se escapa, se esfuma
sus ansias de festejar
por el "débil" que
cada vez más fuerte
se hace cada día
en cuestionamientos
con un futuro que llena todas las mesas
vulgares no censuradas
en imperecedera sensación
de mal gusto y
buen vestir que aqueja
al máximo orador.
No me dejen las sobras
que ya he comido mucho
con solo observar lo que pasa
entre todos, entre entes
entre al mundo
de nuevo
que la vida se escapa
y hay que disfrutar
con brindis de tolerancia
de caricias inocentes
bajo la mesa
de cuchillos desgastados
que buscan nueva actividad
al buscar
el arte del placer
que se desparrama
en otros brindis propios
y esos ajenos
en las mesas del
ensimismado enajenado
se debe entablar ya otra cena
más allá del hecho
de sacarme las uñas
de mi dentadura acongojada
por mi compañía desgarrada
sin voz, sin color, sin razón
llevar a cabo
una nueva creación
brindar por la nada
y por el todo
que está aquí
y no lo ven
no lo ven
no lo
ven.
Nepa